29.8.12

Polvo de estrellas ilumina tu sonrisa.


Y entre lo inimaginable y lo infinito están las estrellas, esas que nos alumbran el camino a casa. De todo el firmamento esa pequeña, pequeñísima estrella que brilla tanto, esa de ahí ¿la ves? Esa eres tú. Eres exactamente como ella. Quieta, tranquila, serena, nunca te alteras. Sueñas, viajas pero todo con un sigilo impresionante. Vas pasito a pasito, despacio. Te encantaría ir a tres mil por hora, arrasando con todo, transformándote por completo. Pero tú eres una princesa y las princesas que llevan tacones no corren. Mira, ahí va una estrella fugaz. Corre, pide un deseo.
‘’Deseo, deseo que aparezca un apuesto príncipe y que me lleve lejos, muy muy lejos.’’
Lo que no sabes es que tu deseo ya se ha cumplido. Al igual que esa pequeña estrella que tanto brilla, tú también brillas. Más de lo que tú piensas. Esa ligera estela que dejas cuando te mueves, esas tímidas sonrisas que enamoran, esos ojos verdes que no dejan indiferente. Todos esos pequeños detalles hacen que brilles con mucha fuerza. Y, entonces, te das la vuelta y aparece ese príncipe vestido con camiseta ancha y el pelo despeinado. El principio de la historia de amor ha comenzado. Ahora tan sólo queda que mantengas tu encanto intacto, que lo enamores de esa manera que sólo tú sabes, que los besos sean infinitos y llenos de amor. Ahora es el momento de dejar a los protagonistas solos y que brillen, que brillen como hacen cada una de las estrellas del firmamento. 


''Todos somos polvo de estrellas.''

(Esto tan sólo son palabras sueltas, quizá sin sentido pero que quería compartir con vosotros. Necesito una dosis de inspiración. ¡Y que sea rápido, por favor!)

*Laura.

18.8.12

Miles de sentimientos y todos ellos correctos.


 ‘’Este no es lugar para mí’’ pensó Scarlett en el mismo momento en que un grupo de chicos pasó delante de ella con bengalas. Se acercó al agua para refrescarse los pies y se dio media vuelta. Había demasiada gente en esa noche de San Juan, la mayoría de su edad, pero ningún rostro conocido. Los fuegos artificiales iluminaban la noche y la banda sonora eran risas y más risas. Quería sumergirse en el agua y no salir jamás. ‘’Total, nadie notaría mi ausencia’’ pensó con esa sonrisa de ‘’todo me resbala’’.
 Scarlett volvió al sitio de antes teniendo en cuenta que alguien seguía sus movimientos. Se giró y vio a un grupo de chicos (sólo había dos chicas) y se fijó en el más alto del grupo: era él quien la miraba. Scarlett estaba acostumbrada a ser observada pero nunca había notado una mirada tan intensa como la de aquel chico. Se asustó un momento pero luego se relajó. Le gustaba ese juego de miradas. Sonrió. La mirada cálida de aquel chico se desvió hacia otra chica que lo llamaba y Scarlett se giró para irse.
 Estuvo un rato más caminando por la arena observando cómo se divertía la gente. Bengalas y muchas latas de Coca-Cola, eso era todo. Scarlett rió para sus adentros. ‘’Ellos no saben lo que es divertirse de verdad’’. Y de repente acudió a su mente cómo se divertía con Harry. ‘’Oh, Harry, cuanto me gustaría que estuvieses aquí’’. Pero cayó en la cuenta de los miles de kilómetros que los separaban. ‘’Él está allí y yo aquí; no hay nada que hacer’’ se dijo Scarlett.
 De repente sintió que alguien la seguía. ‘’Será el tío de antes’’ pensó. Se giró y lo tenía a un palmo de distancia. No, no era él pero sus ojos azules la invadieron por completo.
-Eres nueva aquí, ¿verdad? –empezó diciendo el desconocido.
-Sí. ¿Y tú quién eres?
-Soy Chris, preciosa y me gustaría ver que hay debajo de esa sonrisa de ‘’todo me resbala’’. ¿Quieres venir con nosotros a divertirte un rato? –y señaló al grupo donde estaba el chico de antes, el más alto de todos.
-Vale –y se dejó arrastrar por Chris hacia el grupo pensando: ‘’vosotros no sabéis divertiros de verdad’’. 


Existen miles de formas de divertirse al igual que existen miles de formas de amar. Nada más ver una forma distinta a la que estás acostumbrado y ya crees que es incorrecta. Pero la verdad es que no. Te van a querer de miles de formas diferentes y de todas ellas aprenderás algo, créeme.

(Si tenéis cualquier duda ya sabéis, preguntarme: http://ask.fm/Laura641)
*Laura.

8.8.12

Yo te necesito (con locura).


-Sandra no volverá.
El aire soplaba con fuerza y estaba empezando a hacer más frío de lo normal. El sol se escondió y dio paso a unas enfadadas nubes amenazando con llorar. Su limpia sonrisa se desvaneció cuando Lucas pronunció esas palabras.
Sandra, Sandra… ¡Sandra! Su mejor amiga. Sandra, la que se tuvo que ir a la otra punta del país para estar ‘’unos meses’’ con sus padres. Sandra, la que conocía desde que iban a parvulario, la que se sabía de memoria cada segundo de su vida. Sandra, la que ahora no volvería a ver nunca más.
-¿Co…cómo lo sabes? –Sam sentía que el mundo se iba derribando poco a poco y que ella no podía hacer nada para impedirlo.
-Fue ella quien me lo dijo –durante media hora Lucas le contó a Sam lo que su amiga le contó: sus padres estaban peor de esa extraña enfermedad que tenían y decía que no los podía abandonar ahora. Se quedaría ahí hasta que se curaran o hasta que no le quedara más remedio que volver…
Ahora Sam sí que se sentía sola de verdad. Todos estos meses anteriores había tratado de ocultarlo pero ya no podía más. Sonreír a pesar de estar muriéndose por dentro era uno de sus pasatiempos favoritos en esos días tan malos. Ahora tan sólo era un estúpido juego más que no solucionaba nada.
-Lucas me tengo que ir –dijo mientras una tímida lágrima amenazaba con caer.
-Sam no –le dijo sujetándole de la mano para que se volviera a sentar-. Tú me dijiste que los buenos momentos siempre superan a los malos. Ahora lo que tienes que hacer es intentar vivir unos buenos días para que este quede borrado por esa felicidad. Tal y como tú me dijiste…
-¿Pero es que no lo ves, Lucas? ¡Sandra no volverá, ya no sé qué hacer con mi padre y encima estoy en el límite de perder a mis amigos! Ya me he cansado de jugar al juego de que todo está bien. Nadie me necesita… -dijo Sam en un susurro.
-Sí, yo te necesito –susurró Lucas atrayéndola hacia él-. Sam no te mereces nada de esto –y, sujetándola por la barbilla, la atrajo a sus labios.
Sam se quedó estupefacta. Ella lo quería pero no tenía ni idea de que él a ella también. Quizá la persona que menos lo demuestra es quien más te quiere y te necesita pensó Sam mientras sus labios se separaban y sus mejillas se sonrosaban. 


''Yo creo que puedes enamorarte de quien quieras sólo si llegas a ver la parte de él/ella que nadie más puede ver.'' (Como le pasa a Lucas con Sam:)
*Laura.